Cuando estamos implicados en la obra de un residencial hay muchos momentos importantes para el equipo. Uno de ellos es la puesta de bandera, una tradición que se remonta a la Edad Media.
La puesta de bandera marca un momento decisivo: el hormigonado de los últimos forjados de la estructura del residencial, un paso que indica el comienzo de la recta final de la obra y acerca aún más la entrega de las viviendas a los propietarios.
Este evento es significativo en el mundo de la construcción y se celebra con un acto especial que culmina con la colocación de la bandera de España en el último forjado como símbolo de logro y progreso.
Una vez que se ha colocado la bandera, todo el personal de la obra se reúne para celebrar este hito con una comida, que se paga vendiendo los despuntes de hierro sobrantes de la ejecución de la estructura.
La puesta de bandera es un avance que nos hace estar cada vez más cerca de que nuestros residenciales se conviertan en vuestro hogar, algo que, recientemente, hemos celebrado en los residenciales Farallón y Arrecife de La Flota.