La fachada de un edificio es su carta de presentación. Es lo primero que vemos al aproximarnos a una obra arquitectónica, incluso antes de apreciar sus dimensiones u otras características, y actúa como un envoltorio que nos anticipa lo que encontraremos en su interior. Además, es importante entender que la fachada desempeña un papel fundamental en la integración de los edificios en el tejido urbano.
En este artículo, te explicamos por qué la fachada es crucial en nuestros residenciales. ¡No te lo pierdas!
La fachada es uno de los elementos más importantes de la construcción
La palabra fachada proviene del italiano facciata, que a su vez deriva de faccia, que significa cara. Así, la fachada se define como el paramento exterior de un edificio, especialmente el principal, y está vinculado con su aspecto, presencia o apariencia.
Pero, ¿por qué las fachadas son elementos clave en arquitectura?
- Son la parte más visible de un edificio o vivienda, siendo el primer contacto visual. Además, establecen una conexión entre el interior y el exterior.
- Aportan un valor estético significativo. Dado que funcionan como la tarjeta de presentación de un edificio, el diseño de la fachada se convierte en un aspecto crucial desde el punto de vista arquitectónico.
- Actúan como la primera línea de defensa contra condiciones climáticas adversas, como lluvia, nieve, viento, entre otros, que pueden causar daños a la edificación.
Con todo esto, es fundamental elegir un sistema de fachada que siga un diseño que resalte estéticamente, pero que también sea funcional y práctico. Debe garantizar la protección contra posibles riesgos y que, a su vez, fomente la eficiencia energética y reduzca los gastos de mantenimiento.
Los tipos de sistema de fachada en nuestros residenciales
- Fachada tradicional: Este sistema se caracteriza por el uso de materiales tradicionales como el ladrillo, la piedra, la madera y la cerámica, entre otros. En los residenciales que usan este tipo de fachada, se utilizan dos hojas de ladrillo que encapsulan el aislamiento térmico para garantizar el máximo rendimiento.
Además, en el revestimiento exterior de la fachada se emplean exclusivamente dos materiales: el mortero monocapa y el aplacado cerámico. Estos materiales no solo son incombustibles y altamente eficientes en la prevención de la propagación del fuego, sino que también proporcionan protección contra la lluvia, asegurando la impermeabilidad de la fachada del edificio.
- Fachada ventilada: Este sistema está compuesto por diversas capas, siendo una de ellas una cámara de aire «ventilada», es decir, abierta al exterior. Esta ventilación contribuye significativamente a la disipación del calor, optimizando el comportamiento térmico del conjunto.
El material aislante usado es la lana mineral, que especialmente adecuado para fachadas ventiladas y que ofrece un excelente rendimiento térmico y acústico, además de una alta resistencia mecánica.
En cuanto al revestimiento, se emplean materiales porcelánicos, una opción moderna que otorga a las edificaciones una imagen limpia y minimalista. Estos materiales combinan versatilidad, estética contemporánea, durabilidad, bajo mantenimiento -pues se pueden limpiar con agua y detergentes suaves para mantener su apariencia original durante años-, y eficiencia energética.
Estos dos tipos de sistemas de fachada son aptos para todas las climatologías, gustos y necesidades, ajustándose a nuestras preferencias y a las características de cada uno de los edificios.
Ventajas de los sistemas de fachada actuales
Entre las ventajas de los diferentes sistemas de fachadas actuales podemos destacar:
1. Eficiencia energética: El eficiente aislamiento térmico conlleva a una reducción en la necesidad de calefacción y refrigeración, algo que se traduce en un menor consumo energético y en una mayor sostenibilidad.
2. Mejora del aislamiento acústico: La cámara de aire y el material aislante actúan como barreras eficaces contra el ruido exterior, mejorando significativamente el aislamiento acústico.
3. Confort térmico: La capa de aislamiento y la cámara de aire que conforman algunos sistemas de fachada, como es el caso de la fachada ventilada, contribuyen a mantener una temperatura constante en el interior del edificio.
4. Materiales incombustibles: En la actualidad, los principales materiales utilizados en los revestimientos de la fachada son incombustibles y altamente eficientes en la prevención de la propagación del fuego, entre los que destacan los materiales porcelánicos.
5. Mayor durabilidad del edificio: La protección térmica y la mejora en el aislamiento acústico previenen el desgaste, evitando la formación de grietas, humedad y condensación en la estructura, lo que prolonga su vida útil.
6. Versatilidad estética: Los sistemas de fachada actuales permiten una mayor personalización gracias al uso diferentes acabados de revestimiento, lo que permite crear un aspecto moderno y atractivo, aumentando así el valor y autenticidad del edificio.
La importancia de cuidar el medio ambiente: uso de materiales sostenibles en la fachada
En la actualidad, estamos más comprometidos que nunca con el medio ambiente y construir ciudades ecosostenibles se ha convertido en algo indispensable en el sector inmobiliario. Somos cada vez más conscientes de los beneficios que aportan los edificios sostenibles, tanto para nuestra salud como para el planeta. En este contexto, el uso de materiales respetuosos en el diseño de las fachadas desempeña un papel crucial.
En este sentido, tanto la lana mineral como el mortero monocapa y los materiales cerámicos que se usa en nuestros residenciales, se consideran materiales sostenibles por varias razones:
La aplicación del mortero monocapa requiere menos agua en comparación con otros revestimientos tradicionales. Asimismo, al ser un material que se aplica en una sola capa, se reduce la cantidad de residuos generados durante el proceso de construcción.
Por su parte, la lana mineral se destaca como un material sostenible gracias al empleo de materias primas y tecnologías avanzadas de alta eficiencia en su producción. Además, su naturaleza 100% reciclable reduce la cantidad de residuos generados durante el proceso de construcción.
Del mismo modo, la cerámica es un material natural que proviene de recursos renovables, como la arcilla y otros minerales. Su durabilidad y resistencia ante las inclemencias del tiempo y al desgaste contribuyen significativamente a prolongar su vida útil. Esto se traduce en una notable reducción de desechos y un impacto positivo en el medio ambiente.
El uso de estos materiales no solo promueve entornos urbanos más saludables y ecológicos, sino que también marca un paso significativo hacia la creación de comunidades más sostenibles y habitables para las generaciones futuras.